Gotas de color púrpura salpican el frío mármol blanco,
las manos se retuercen haciendo chascar los dedos,
los diente se aprietan y las encías sangran,
los llantos se desvanecen en los oídos,
la vista se nubla y los ojos se apagan,
todo se ralentiza y la llama se apaga,
cuando el fío gris vuelve a su lugar
todo cobra un nuevo sentido
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