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miércoles, 28 de marzo de 2012
sábado, 10 de marzo de 2012
martes, 6 de marzo de 2012
DIARIO MUERTO (VIII)
ANTES DEL INCIDENTE…
La radio y la televisión no paraban de repetir noticias sobre los extraños sucesos que se sucedían cada vez con menos lapso de tiempo, desde disturbios en las calles de una ciudad perdida en centro Europa como en la mismísima Nueva York, la información no era muy clara, pero lo que sí que se podía entrever era que algo raro estaba sucediendo…
Al principio se especuló con posibles manifestaciones relacionada con la crisis económica que asolaba a la sociedad, atribuyendo a grupos extremistas o radicales el incendio de material urbano así como los policías hospitalizados tras “sufrir el ataque de energúmenos”. Energúmenos fue uno de los primeros adjetivos con los que se dirigieron a ellos, pero no había que ser muy listo para empezar a darse cuenta de que la situación se comenzaba a volver diferente a otros muchos casos diferentes que habían sucedido en el pasado…
Los informativos poco a poco no sabían cómo justificar una situación que se mantenía demasiado tiempo, al principio los políticos evitaron dar explicaciones ... Para cuando quisieron hacerlo… ya era demasiado tarde.
Recuerdo que al principio las conversaciones que tenía con respecto a los incidentes no iban más allá de un simple apoyo a las supuestas causas políticas que motivaban a la gente a salir a la calle y enfrentarse a los cuerpos policiales, de hecho muchas redes sociales hacían el llamamiento de salir a la calle en muestra de apoyo a la supuesta lucha, sin sospechar ni por un segundo que esto ayudaría a que “el incidente” se propagara tan rápido como la pólvora…
Las primeras imágenes no oficiales que pudimos ver fueron a través de la propia red, en un montón de canales privados o foros la gente comenzaba a colgar fotos de personas que se movían entre la muchedumbre con la mirada perdida y con un horrible rictus en su cara, la verdad es que debo reconocer que al principio me parecía un truco de marketing o una farsa bien orquestada, de hecho esa fue la excusa que todos los medios “convencionales” dieron en un principio, ojalá hubiera hecho caso a mi instinto desde un primer momento…
Recuerdo todavía el aspecto de un hombre que seguramente no tendía más de treinta y pocos o veinte mucho deambulando entre un grupo de jóvenes que lanzaban piedras y corrían delante de la policía, pero él, simplemente deambulaba como si estuviera ausente del entorno hasta que se desplomó en el suelo, pasaron pocos segundos hasta que un par de policías se acercaron a él y lo arrastraron lejos de gente, otro video aficionado colgó poco después otro video desde una perspectiva distinta en la que se veía como miembros de los servicio de urgencias comenzaban los ejercicios de reanimación, la verdad es que la calidad del video no era muy buena, estaba enfocado desde muy lejos y la imagen perdía nitidez debido al uso del zoom , pero alcancé a observar como el tipo en cuestión se incorporaba de golpe y parecía atacar a los sanitarios, de hecho en ese momento la persona que grababa el video e sobresaltó de tal manera que el móvil se le cayó de las manos y apenas alcanzó a decir unas pocas palabras… “he has bitten” … algo en mí me dijo que eso no podía ser un truco, pero en cierto modo … Nuestra incredulidad fue nuestra condena
La radio y la televisión no paraban de repetir noticias sobre los extraños sucesos que se sucedían cada vez con menos lapso de tiempo, desde disturbios en las calles de una ciudad perdida en centro Europa como en la mismísima Nueva York, la información no era muy clara, pero lo que sí que se podía entrever era que algo raro estaba sucediendo…
Al principio se especuló con posibles manifestaciones relacionada con la crisis económica que asolaba a la sociedad, atribuyendo a grupos extremistas o radicales el incendio de material urbano así como los policías hospitalizados tras “sufrir el ataque de energúmenos”. Energúmenos fue uno de los primeros adjetivos con los que se dirigieron a ellos, pero no había que ser muy listo para empezar a darse cuenta de que la situación se comenzaba a volver diferente a otros muchos casos diferentes que habían sucedido en el pasado…
Los informativos poco a poco no sabían cómo justificar una situación que se mantenía demasiado tiempo, al principio los políticos evitaron dar explicaciones ... Para cuando quisieron hacerlo… ya era demasiado tarde.
Recuerdo que al principio las conversaciones que tenía con respecto a los incidentes no iban más allá de un simple apoyo a las supuestas causas políticas que motivaban a la gente a salir a la calle y enfrentarse a los cuerpos policiales, de hecho muchas redes sociales hacían el llamamiento de salir a la calle en muestra de apoyo a la supuesta lucha, sin sospechar ni por un segundo que esto ayudaría a que “el incidente” se propagara tan rápido como la pólvora…
Las primeras imágenes no oficiales que pudimos ver fueron a través de la propia red, en un montón de canales privados o foros la gente comenzaba a colgar fotos de personas que se movían entre la muchedumbre con la mirada perdida y con un horrible rictus en su cara, la verdad es que debo reconocer que al principio me parecía un truco de marketing o una farsa bien orquestada, de hecho esa fue la excusa que todos los medios “convencionales” dieron en un principio, ojalá hubiera hecho caso a mi instinto desde un primer momento…
Recuerdo todavía el aspecto de un hombre que seguramente no tendía más de treinta y pocos o veinte mucho deambulando entre un grupo de jóvenes que lanzaban piedras y corrían delante de la policía, pero él, simplemente deambulaba como si estuviera ausente del entorno hasta que se desplomó en el suelo, pasaron pocos segundos hasta que un par de policías se acercaron a él y lo arrastraron lejos de gente, otro video aficionado colgó poco después otro video desde una perspectiva distinta en la que se veía como miembros de los servicio de urgencias comenzaban los ejercicios de reanimación, la verdad es que la calidad del video no era muy buena, estaba enfocado desde muy lejos y la imagen perdía nitidez debido al uso del zoom , pero alcancé a observar como el tipo en cuestión se incorporaba de golpe y parecía atacar a los sanitarios, de hecho en ese momento la persona que grababa el video e sobresaltó de tal manera que el móvil se le cayó de las manos y apenas alcanzó a decir unas pocas palabras… “he has bitten” … algo en mí me dijo que eso no podía ser un truco, pero en cierto modo … Nuestra incredulidad fue nuestra condena
lunes, 23 de enero de 2012
DIARIO MUERTO (VII)
ONCE/VIVOS
Seguimos en ruta… Sólo el sonido del motor rompe este silencio… A pesar de saber que David ya no era humano y que lo que hice era lo único que se podía hacer no logro acostumbrarme a esta sensación… a la sensación que deja en mí el disparar un arma contra una “persona”… claro está que no he matado a un vivo, pero aún así no logro asimilarlo…
Supongo que es algo normal, si bien es verdad que el mundo se ha ido al garete creo que no quiero perder esto que nos hace humanos, no quiero acostumbrarme.. no quiero transformarme como lo ha hecho el mundo…
Vamos a parar para buscar algo de combustible, según la guía de carreteras que llevamos con nosotros debería de haber una estación de servicio a menos de un kilómetro, espero que recuperar la rutina de salir a buscar cosas para cubrir nuestras necesidades me haga distraer estos pensamientos…
Poco es lo que estamos encontrando en esta estación de servicio, por su aspecto hace mucho tiempo que fue saqueada y sus depósitos secados por aquellos que pasaran antes que nosotros, pero no todo ha sido en vano, junto a unos de los surtidores había un coche de la policía donde hemos encontrado un par de escopetas y munición así como una pistola que debió pertenecer al cuerpo del policía que hemos visto unos metros antes de llegar… Estaba en avanzado estado de descomposición, creo que no pudo “revivir” debido a que… digamos sirvió de alimento completo para ELLOS…
Me parece que si en los próximos kilómetros no encontramos gasolina el viaje se nos haga imposible, además en los últimos días las temperaturas han bajado, por lo que no me extrañaría que estemos llegando al Otoño, espero que estemos mejor preparados que el último año…
Volvemos al convoy. Carlos se empeña en hacer bromas para destensar el ambiente, la verdad es que es bastante gracioso y ayuda mucho en momentos difíciles, J.M carga con las armas y yo estoy algo cansado por la falta de sueño y el día tan duro que hemos pasado, el sol se está escondiendo ya y debemos apresurar el paso para preparar las barreras de defensa con vistas a pasar la noche…
Seguimos en ruta… Sólo el sonido del motor rompe este silencio… A pesar de saber que David ya no era humano y que lo que hice era lo único que se podía hacer no logro acostumbrarme a esta sensación… a la sensación que deja en mí el disparar un arma contra una “persona”… claro está que no he matado a un vivo, pero aún así no logro asimilarlo…
Supongo que es algo normal, si bien es verdad que el mundo se ha ido al garete creo que no quiero perder esto que nos hace humanos, no quiero acostumbrarme.. no quiero transformarme como lo ha hecho el mundo…
Vamos a parar para buscar algo de combustible, según la guía de carreteras que llevamos con nosotros debería de haber una estación de servicio a menos de un kilómetro, espero que recuperar la rutina de salir a buscar cosas para cubrir nuestras necesidades me haga distraer estos pensamientos…
Poco es lo que estamos encontrando en esta estación de servicio, por su aspecto hace mucho tiempo que fue saqueada y sus depósitos secados por aquellos que pasaran antes que nosotros, pero no todo ha sido en vano, junto a unos de los surtidores había un coche de la policía donde hemos encontrado un par de escopetas y munición así como una pistola que debió pertenecer al cuerpo del policía que hemos visto unos metros antes de llegar… Estaba en avanzado estado de descomposición, creo que no pudo “revivir” debido a que… digamos sirvió de alimento completo para ELLOS…
Me parece que si en los próximos kilómetros no encontramos gasolina el viaje se nos haga imposible, además en los últimos días las temperaturas han bajado, por lo que no me extrañaría que estemos llegando al Otoño, espero que estemos mejor preparados que el último año…
Volvemos al convoy. Carlos se empeña en hacer bromas para destensar el ambiente, la verdad es que es bastante gracioso y ayuda mucho en momentos difíciles, J.M carga con las armas y yo estoy algo cansado por la falta de sueño y el día tan duro que hemos pasado, el sol se está escondiendo ya y debemos apresurar el paso para preparar las barreras de defensa con vistas a pasar la noche…
domingo, 8 de enero de 2012
DIARIO MUERTO (VI)
DOCE/ ¿VIVOS?
Había vuelto a entrar en la furgoneta…. La verdad es que no sé cuánto tiempo estuve sentado en su interior antes de comenzar a hablar, David iba y venía de su mundo en el que el tiempo se confundía a causa de los efectos de lo que lo estaba devorando por dentro. Y que pronto le incitaría a querer devorarnos a nosotros… no sabía cuánto tiempo le podía quedar así que decidí ser claro con él.
-David… la verdad es que no sé cómo explicarte esto…- traté de comenzar a explicarme.
-Tranquilo Jose, se exactamente lo que me pasa… puede que la fiebre me haga perder contacto con la realidad…. Pero sé que me estoy muriendo… y tú estás aquí para matarme… -dijo en un tono entrecortado.
Me dejó helado, jamás en mi vida imaginé que alguien me diría una frase como esa más propia de una película americana de acción que de mi vida aburrida y repetitiva antes de EL INCIDENTE… cuantas veces deseé que esa vida cambiara y me deparara algo más emocionante…. Ahora daría lo que fuera por estar en mi cuarto, con un buen libro metido en la cama bajo el edredón…. pero sabía que eso no iba a volver a suceder… por lo menos no en un futuro inmediato…
El ambiente en el interior del vehículo se había vuelto denso e irrespirable para mí, estaba ante una persona que agonizaba y que en teoría tendríamos que “sacrificar” por el bien del grupo. Pero lo que tenía claro era que en ningún caso lo haría estando él con vida….
Abrí la puerta de la furgoneta frente a mí pude ver a Hassan y José Manuel, Carlos había retrocedido unos pasos y conversaba con el doctor, yo salí pisando el asfalto que ya comenzaba a alcanzar temperatura, conmigo salió David… el cual pasaba su brazo sano alrededor de mi cuello… todos tenían la mirada fija en nosotros, creo que en ese momento deseaba ser un espectador más y no el centro de sus miradas, avanzamos unos pasos y nos detuvimos, David levanto la cabeza e inhalo una gran bocanada de aire… y sonrió, creo que en ese momento me sentí más desconcertado de lo que había estado en toda mi vida… giró la cabeza, me miró y ….
-Estoy preparado – esas fueron sus palabras.
José Manuel se acercó y me colocó la pistola en el bolsillo, después le estrechó la mano a David… en sus ojos pude percibir un halo de tristeza… cabe decir que jamás había visto a José Manuel expresar mucho sus sentimientos, ni tan siquiera con su hija.
-¿Quieres despedirte? – le pregunté
-….. Bueno… simplemente…- dijo mientras dirigía su mirada hacia los que todavía eran sus compañeros de viaje- Quiero deciros que no os rindáis…. Por favor… quiero que sigáis adelante y que no bajéis los brazos…. Estoy seguro que algo mejor os espera…. Gracias por todos los buenos ratos que hemos pasad….. cuff cuff - la tos le interrumpió mientras se retorcía junto a mí… era cuestión de pocos minutos ….
Las lágrimas perlaron los ojos de algunos de ellos, en especial los de Cristina y la señora María, otros trataron de contenerlas torciendo el gesto… si soy sincero la única persona que se mantuvo tal y como había estado durante la mañana fue Lucía…
Ayudado por J.M y Hassan llevamos a David a unos veinte metros de donde se encontraba nuestro convoy particular, tras una valla publicitaria que nos invitaba a degustar la comida de un asador a unos 5 kilómetros más adelante…. Lo colocamos apoyado en el suelo y le dejamos respirar un poco…
Ni J.M, ni Hassan ni yo estábamos listos para apretar el gatillo… cuando él se fuera y volviera convertido en uno de ELLOS…. Pero la cuestión no es si estás preparado o no, sino si eres capaz de hacer algo con tal de garantizar la supervivencia…
Finalmente, yo tenía la pistola en el bolsillo, así que lo más fácil era que yo mismo lo hiciera, pasaron unos minutos que a mí me parecieron semanas enteras entre su muerte y digamos… su “regreso”… fue como lo recordaba de los primeros días de •EL INCIDENTE … primero sus articulaciones se movieron como si hubiera recibido una descarga de baja intensidad, después comenzó a mover la cabeza lentamente y abrió los ojos… su color blanco y sus globos oculares enrojecidos me recordaban a todos los que había perdido para luego volver a verlos convertidos en esto… lo que era David había muerto, y su cuerpo ahora trataba de incorporarse para empezar a vagar y alimentarse…
Saqué la pistola del bolsillo, comprobé el seguro y fije mi vista y el cañón en su cabeza, sus ojos se clavaron en mí…. Y abrió la boca con una mueca “familiar” por tantas otras veces vista en el pasado…
-Adiós David… perdónanos… - dije mientas apretaba el gatillo justo cuando empezaba a incorporarse.
La bala le atravesó el cráneo y su cuerpo se desplomó sin vida ante nosotros… mantuve el brazo extendido con la pistola humeante unos segundos, después me giré y se la entregue a Hassan… después miré a J.M… no dijo nada.
Comencé a andar hasta llegar a los vehículos… me senté en la parte trasera de la furgoneta dando la espalda al Doctor y a Carlos… en ese momento rompía a llorar en silencio… al menos descubrí que seguía sintiendo … por lo menos mientras seamos capaces de eso tendrá sentido intentar salvarnos….reemprendimos la marcha dejando atrás no sólo a un amigo… sino otro lazo más perdido con el mundo que conocíamos..
ONCE/VIVOS
Había vuelto a entrar en la furgoneta…. La verdad es que no sé cuánto tiempo estuve sentado en su interior antes de comenzar a hablar, David iba y venía de su mundo en el que el tiempo se confundía a causa de los efectos de lo que lo estaba devorando por dentro. Y que pronto le incitaría a querer devorarnos a nosotros… no sabía cuánto tiempo le podía quedar así que decidí ser claro con él.
-David… la verdad es que no sé cómo explicarte esto…- traté de comenzar a explicarme.
-Tranquilo Jose, se exactamente lo que me pasa… puede que la fiebre me haga perder contacto con la realidad…. Pero sé que me estoy muriendo… y tú estás aquí para matarme… -dijo en un tono entrecortado.
Me dejó helado, jamás en mi vida imaginé que alguien me diría una frase como esa más propia de una película americana de acción que de mi vida aburrida y repetitiva antes de EL INCIDENTE… cuantas veces deseé que esa vida cambiara y me deparara algo más emocionante…. Ahora daría lo que fuera por estar en mi cuarto, con un buen libro metido en la cama bajo el edredón…. pero sabía que eso no iba a volver a suceder… por lo menos no en un futuro inmediato…
El ambiente en el interior del vehículo se había vuelto denso e irrespirable para mí, estaba ante una persona que agonizaba y que en teoría tendríamos que “sacrificar” por el bien del grupo. Pero lo que tenía claro era que en ningún caso lo haría estando él con vida….
Abrí la puerta de la furgoneta frente a mí pude ver a Hassan y José Manuel, Carlos había retrocedido unos pasos y conversaba con el doctor, yo salí pisando el asfalto que ya comenzaba a alcanzar temperatura, conmigo salió David… el cual pasaba su brazo sano alrededor de mi cuello… todos tenían la mirada fija en nosotros, creo que en ese momento deseaba ser un espectador más y no el centro de sus miradas, avanzamos unos pasos y nos detuvimos, David levanto la cabeza e inhalo una gran bocanada de aire… y sonrió, creo que en ese momento me sentí más desconcertado de lo que había estado en toda mi vida… giró la cabeza, me miró y ….
-Estoy preparado – esas fueron sus palabras.
José Manuel se acercó y me colocó la pistola en el bolsillo, después le estrechó la mano a David… en sus ojos pude percibir un halo de tristeza… cabe decir que jamás había visto a José Manuel expresar mucho sus sentimientos, ni tan siquiera con su hija.
-¿Quieres despedirte? – le pregunté
-….. Bueno… simplemente…- dijo mientras dirigía su mirada hacia los que todavía eran sus compañeros de viaje- Quiero deciros que no os rindáis…. Por favor… quiero que sigáis adelante y que no bajéis los brazos…. Estoy seguro que algo mejor os espera…. Gracias por todos los buenos ratos que hemos pasad….. cuff cuff - la tos le interrumpió mientras se retorcía junto a mí… era cuestión de pocos minutos ….
Las lágrimas perlaron los ojos de algunos de ellos, en especial los de Cristina y la señora María, otros trataron de contenerlas torciendo el gesto… si soy sincero la única persona que se mantuvo tal y como había estado durante la mañana fue Lucía…
Ayudado por J.M y Hassan llevamos a David a unos veinte metros de donde se encontraba nuestro convoy particular, tras una valla publicitaria que nos invitaba a degustar la comida de un asador a unos 5 kilómetros más adelante…. Lo colocamos apoyado en el suelo y le dejamos respirar un poco…
Ni J.M, ni Hassan ni yo estábamos listos para apretar el gatillo… cuando él se fuera y volviera convertido en uno de ELLOS…. Pero la cuestión no es si estás preparado o no, sino si eres capaz de hacer algo con tal de garantizar la supervivencia…
Finalmente, yo tenía la pistola en el bolsillo, así que lo más fácil era que yo mismo lo hiciera, pasaron unos minutos que a mí me parecieron semanas enteras entre su muerte y digamos… su “regreso”… fue como lo recordaba de los primeros días de •EL INCIDENTE … primero sus articulaciones se movieron como si hubiera recibido una descarga de baja intensidad, después comenzó a mover la cabeza lentamente y abrió los ojos… su color blanco y sus globos oculares enrojecidos me recordaban a todos los que había perdido para luego volver a verlos convertidos en esto… lo que era David había muerto, y su cuerpo ahora trataba de incorporarse para empezar a vagar y alimentarse…
Saqué la pistola del bolsillo, comprobé el seguro y fije mi vista y el cañón en su cabeza, sus ojos se clavaron en mí…. Y abrió la boca con una mueca “familiar” por tantas otras veces vista en el pasado…
-Adiós David… perdónanos… - dije mientas apretaba el gatillo justo cuando empezaba a incorporarse.
La bala le atravesó el cráneo y su cuerpo se desplomó sin vida ante nosotros… mantuve el brazo extendido con la pistola humeante unos segundos, después me giré y se la entregue a Hassan… después miré a J.M… no dijo nada.
Comencé a andar hasta llegar a los vehículos… me senté en la parte trasera de la furgoneta dando la espalda al Doctor y a Carlos… en ese momento rompía a llorar en silencio… al menos descubrí que seguía sintiendo … por lo menos mientras seamos capaces de eso tendrá sentido intentar salvarnos….reemprendimos la marcha dejando atrás no sólo a un amigo… sino otro lazo más perdido con el mundo que conocíamos..
ONCE/VIVOS
miércoles, 4 de enero de 2012
DIARIO MUERTO (V)
DOCE / ¿VIVOS?
David no me contestó, seguía con la mirada perdida en el techo de La furgoneta, con los bazos caídos sobre los muslos y su piel comenzaba a palidecer, en pocas horas su cambio físico había sido increíble, la verdad es que la “enfermedad” (aún no sabría cómo definir esto que nos sucede) no atacaba a todos por igual, había gente que sucumbía a ella en pocas horas y otras sin embargo eran capaces de sobrevivir días, este último era el caso de David, que hasta la noche anterior en la cual la fiebre le subió se había comportado como si nada le hubiera ocurrido.
-¿Cuánto tiempo lleva así?- pregunté al Dr. Micó
-Un par de horas… creo, lo cierto es que cuando me desperté ya estaba así… anoche parecía tan normal…no se… - contestó, casi no podía escucharlo.
-David… ¿me escuchas?- volví a insistir esta vez le coloqué la mano sobre la pierna, para que se percatara de mi presencia.
Él parecía salir del estado en el que se encontraba, y giró la cabeza fijando su mirada en mi, al momento noté que sus pupilas estaban muy dilatas y que el color de sus ojos comenzaba a cambiar, no había duda, en poco tiempo ya no estaría con nosotros…
-Jos… José… ¿qué es lo que ha pasado? – Parecía totalmente ajeno a lo que sucedía. La garganta se me secó, el frío del estomago me dio una nuevo pinchazo y tuve que contener las emociones, ver a alguien que ha estado con nosotros en esta situación tan complicada así es demasiado duro.
-Verás David… -iba a comenzar a hablar cuando él me interrumpió.
-Sabes, creo que esto no está tan mal…. Viajar por la carretera rodeado de gente… que velamos los unos por los otros… siempre quise hacer un viaje por carretera olvidándome de todo aquello que me ataba en casa…. Creerás que soy un bicho raro- dijo mientras sonreía a la vez que trataba de cambiar la mueca de dolor que se dibujaba en sus labios. Su tono de voz era muy débil
-No David, no creo que seas un bicho raro… de hecho a mi también era algo que me apetecía hacer, esto de viajar sin pensar en lo que dejo atrás- le contesté mientras sonreía para tratar de transmitirle seguridad.
-Uff … me duele mucho el brazo… - en ese momento el Dr. Micó se apresuró a comenzar a vendárselo
-Tranquilo ahora te daré un calmante- le contestó el doctor mientras envolvía el brazo con una venda. Yo lo observaba sin saber muy bien que decir….
Cuando el doctor, terminó con el vendaje y le dio el calmante, le pedí que saliera fuera de la furgoneta, al principio se mostro reacio a hacerlo, pero finalmente accedió. Ambos salimos, cerré la puerta trasera y le dije que esperara fuera, me volví para entrar de nuevo y en ese momento José Manuel me colocó la mano en el hombro, me giré y vi que en la otra portaba la pistola de Hassan, que ya había bajado del techo del coche y se encontraba junto a él.
Esa pistola la guardaba desde hacía años, nos contó que la solía tener escondida bajo el mostrador de su locutorio, casi siempre sin cargar, ya que era más una manera de asustar a aquellos que entraran en su local con intención de atracarlo, pero que nunca se había visto obligado a usarla hasta EL INCIDENTE.
-Si vuelves a entrar, tendrás que hacerlo con esto. Sabes lo que hay que hacer ¿Verdad?- me preguntó
-Se lo que he hecho en el pasado… por lo tanto se lo que debo hacer, pero aún no es el momento- contesté.
-¿Cómo que no es el momento? – me preguntó Hassan.
-No, no es el momento…-
-Vamos no me vengas con gilipolleces, sabes que no podemos correr ningún riesgo- dijo José Manuel algo alterado.
Tardé algo en replicarle, la verdad es que en el fondo ellos tenían razón… pero aún no podíamos hacerlo…
-Mira José Manuel , David todavía está ahí, quiero decir…. aún está vivo, puede que dentro de unos minutos u horas ya no lo esté, pero lo importante es que todavía no es uno de ELLOS y mientras eso sea así ninguno de nosotros va a utilizar ese arma…. Creo que eso ya quedó claro en el pasado…- el resto de miembros del grupo se habían acercado a la furgoneta, con excepción de la pequeña Vanesa y la señora María que estaban en el todoterreno y de Lucía que no se había movido del quitamiedos en todo el rato que estuve en el interior del vehículo.
-J.M, Jose tiene razón… aún no es el momento- dijo Carlos, afirmación a la que se sumaron Jesús y el doctor, Sergio permanencia ahí parado sin decir nada mientras rodeaba con el brazo a su hermana que se había tapado los oídos con la manos mientras negaba con la cabeza.
-Entonces ¿qué proponéis? ¿Esperar a que se convierta y entonces matarlo dentro de la furgoneta? Joder, que ahí es donde duerme mi hija, y si tarda todo el día en pasar… y si le ocurre en plena noche y no somos capaces de reaccionar a tiempo… ¿qué haremos si muerde alguno de nosotros o nos ataca?- preguntó José Manuel- yo voto por hacerlo ahora o dejarlo aquí y seguir camino.
Las palabras de José Manuel me cayeron encima como una losa, estaba planteando dejar atrás a alguien que había estado con nosotros, que había formado parte de nuestras vidas en momentos complicados, en el fondo sabía que muchos de ellos pensaban como él, de hecho lo único que me sorprendió de su propuesta fue que a mí me pareciera algo inaceptable, creo que eso era más lógico ahora que lo que yo proponía, pero aún así no estaba dispuesto a hacerlo, no sin antes hablar con David.
David no me contestó, seguía con la mirada perdida en el techo de La furgoneta, con los bazos caídos sobre los muslos y su piel comenzaba a palidecer, en pocas horas su cambio físico había sido increíble, la verdad es que la “enfermedad” (aún no sabría cómo definir esto que nos sucede) no atacaba a todos por igual, había gente que sucumbía a ella en pocas horas y otras sin embargo eran capaces de sobrevivir días, este último era el caso de David, que hasta la noche anterior en la cual la fiebre le subió se había comportado como si nada le hubiera ocurrido.
-¿Cuánto tiempo lleva así?- pregunté al Dr. Micó
-Un par de horas… creo, lo cierto es que cuando me desperté ya estaba así… anoche parecía tan normal…no se… - contestó, casi no podía escucharlo.
-David… ¿me escuchas?- volví a insistir esta vez le coloqué la mano sobre la pierna, para que se percatara de mi presencia.
Él parecía salir del estado en el que se encontraba, y giró la cabeza fijando su mirada en mi, al momento noté que sus pupilas estaban muy dilatas y que el color de sus ojos comenzaba a cambiar, no había duda, en poco tiempo ya no estaría con nosotros…
-Jos… José… ¿qué es lo que ha pasado? – Parecía totalmente ajeno a lo que sucedía. La garganta se me secó, el frío del estomago me dio una nuevo pinchazo y tuve que contener las emociones, ver a alguien que ha estado con nosotros en esta situación tan complicada así es demasiado duro.
-Verás David… -iba a comenzar a hablar cuando él me interrumpió.
-Sabes, creo que esto no está tan mal…. Viajar por la carretera rodeado de gente… que velamos los unos por los otros… siempre quise hacer un viaje por carretera olvidándome de todo aquello que me ataba en casa…. Creerás que soy un bicho raro- dijo mientras sonreía a la vez que trataba de cambiar la mueca de dolor que se dibujaba en sus labios. Su tono de voz era muy débil
-No David, no creo que seas un bicho raro… de hecho a mi también era algo que me apetecía hacer, esto de viajar sin pensar en lo que dejo atrás- le contesté mientras sonreía para tratar de transmitirle seguridad.
-Uff … me duele mucho el brazo… - en ese momento el Dr. Micó se apresuró a comenzar a vendárselo
-Tranquilo ahora te daré un calmante- le contestó el doctor mientras envolvía el brazo con una venda. Yo lo observaba sin saber muy bien que decir….
Cuando el doctor, terminó con el vendaje y le dio el calmante, le pedí que saliera fuera de la furgoneta, al principio se mostro reacio a hacerlo, pero finalmente accedió. Ambos salimos, cerré la puerta trasera y le dije que esperara fuera, me volví para entrar de nuevo y en ese momento José Manuel me colocó la mano en el hombro, me giré y vi que en la otra portaba la pistola de Hassan, que ya había bajado del techo del coche y se encontraba junto a él.
Esa pistola la guardaba desde hacía años, nos contó que la solía tener escondida bajo el mostrador de su locutorio, casi siempre sin cargar, ya que era más una manera de asustar a aquellos que entraran en su local con intención de atracarlo, pero que nunca se había visto obligado a usarla hasta EL INCIDENTE.
-Si vuelves a entrar, tendrás que hacerlo con esto. Sabes lo que hay que hacer ¿Verdad?- me preguntó
-Se lo que he hecho en el pasado… por lo tanto se lo que debo hacer, pero aún no es el momento- contesté.
-¿Cómo que no es el momento? – me preguntó Hassan.
-No, no es el momento…-
-Vamos no me vengas con gilipolleces, sabes que no podemos correr ningún riesgo- dijo José Manuel algo alterado.
Tardé algo en replicarle, la verdad es que en el fondo ellos tenían razón… pero aún no podíamos hacerlo…
-Mira José Manuel , David todavía está ahí, quiero decir…. aún está vivo, puede que dentro de unos minutos u horas ya no lo esté, pero lo importante es que todavía no es uno de ELLOS y mientras eso sea así ninguno de nosotros va a utilizar ese arma…. Creo que eso ya quedó claro en el pasado…- el resto de miembros del grupo se habían acercado a la furgoneta, con excepción de la pequeña Vanesa y la señora María que estaban en el todoterreno y de Lucía que no se había movido del quitamiedos en todo el rato que estuve en el interior del vehículo.
-J.M, Jose tiene razón… aún no es el momento- dijo Carlos, afirmación a la que se sumaron Jesús y el doctor, Sergio permanencia ahí parado sin decir nada mientras rodeaba con el brazo a su hermana que se había tapado los oídos con la manos mientras negaba con la cabeza.
-Entonces ¿qué proponéis? ¿Esperar a que se convierta y entonces matarlo dentro de la furgoneta? Joder, que ahí es donde duerme mi hija, y si tarda todo el día en pasar… y si le ocurre en plena noche y no somos capaces de reaccionar a tiempo… ¿qué haremos si muerde alguno de nosotros o nos ataca?- preguntó José Manuel- yo voto por hacerlo ahora o dejarlo aquí y seguir camino.
Las palabras de José Manuel me cayeron encima como una losa, estaba planteando dejar atrás a alguien que había estado con nosotros, que había formado parte de nuestras vidas en momentos complicados, en el fondo sabía que muchos de ellos pensaban como él, de hecho lo único que me sorprendió de su propuesta fue que a mí me pareciera algo inaceptable, creo que eso era más lógico ahora que lo que yo proponía, pero aún así no estaba dispuesto a hacerlo, no sin antes hablar con David.
lunes, 2 de enero de 2012
DIARIO MUERTO (IV)
DOCE/¿VIVOS?
“En este capítulo combinaré lo que es la narración con la inclusión de diálogos para dotar a la historia de más de un punto de vista”
Anoche fue una guardia sin sobresalto, la verdad es que Carlos y yo tenemos bastantes temas de que hablar… y si no tratamos de comentar cualquier nimiedad con tal desconectar nuestras mentes del entorno.
Esta noche hablábamos de cómo era ir al cine a ver una peli, comprar un paquete grande de palomitas y disfrutar de la proyección, pasando un par de horas desconectando del mundo exterior, deseando por un momento poder vivir aventuras como las que se nos mostraban en aquellas pantallas gigante, como queríamos romper nuestra monotonía convirtiéndonos en un espía internacional o viajando a un mundo irreal en lo que aquello que nos rodeaba iba cambiando y nos deparaba sorpresas tras sorpresas, nos reíamos hablando de cómo en más de una ocasión habríamos dado todo por encontrarnos en una situación como las que vivía el James Bond de turno… yo la verdad es que obvié comentar mi colección de cine zombie y que podía fantasear como sería el mundo en aquellas situaciones… no quería que pensara que era un bicho raro.
Cuando nuestro turno finalizó fuimos relevados por José Manuel y Hassan, y yo caí rendido en el asiento trasero del todoterreno, aunque no pude dormir más de una hora, la verdad es que he sido siempre un insomne, y debo reconocer que en estos momentos lejos de ser un problema me es bastante útil, porque como aprendí en el pasado nunca se está lo suficientemente alerta.
Algo sucede en la furgoneta, José Manuel se muestra algo alterado y Carlos y la señora María están intentando calmarlo….
-¡¡¡No me digáis que me calme!!!- gritaba José Manuel cuando yo salía del todoterreno, junto a él Carlos trataba de sujetarle el brazo y la señora María se llevaba a Vanesa lejos de la zona
-¿Por qué está enfadado mi padre?- preguntó la niña mientras me cruzaba con ellas
-Por nada cariño, por nada, ven que vas a ayudarme a preparar el desayuno- le contestó mientras le pasaba la mano por encima del hombro.
Cuando llegué a la puerta del copiloto de la furgoneta pude ver a través de la ventanilla el rostro de David, estaba pálido y muy ojeroso, con la frente empapada de sudor y la mirada perdida en el techo, pregunté lo que pasaba, aunque tras ver esa expresión en los ojos de David sabía perfectamente cuál iba a ser la respuesta.
-¡¿Qué coño te crees qué pasa?! Resulta que no tiene ningún brazo roto, ¡¡¡le mordieron!!! ¡¡Joder!!
Me quedé paralizado durante uno segundos
-¡¡¡Esta infectado joder!!! y este medicucho lo sabía y lo ha estado encubriendo- dijo mientras señalaba al Dr. Micó que estaba en el suelo en la parte trasera de la furgoneta, con el labio partido, sin duda por algún puñetazo de José Manuel.
-¡¡¡¡Hostia puta está infectado y no sólo no nos ha aviado sino que ha permitido que
las niñas duerman en el mismo vehículo!!!
-Tranquilo J.M – le pedía Carlos que aún trataba de sujetarlo
-José Manuel, entiendo lo que sientes, pero tenemos que mantener la calma – le dije
-¿La calma? Tú sabes perfectamente lo que tenemos que hacer – contestó José Manuel que parecía que empezaba a reducir su ímpetu y e relajaba dentro de lo posible
Tras sus palabras cerré los ojos deseando que lo que estaba sucediendo fuera un mal sueño… no quería volver a pasar por esto… no tan pronto.
Me giré y vi como ya Vanesa había entrado en el primer todoterreno junto a la señora María, Sergio y Cristina estaban junto a él, Sergio miraba desde la lejanía mientras que su hermana tenía los ojos fijos en el pavimento, Lucía estaba sentada sobre el quitamiedos de la carretera, sus ojos no me transmitían ninguna emoción, Hassan estaba sobre el techo del segundo todoterreno, lugar que no había abandonado desde que me relevó la noche anterior, a Jesús no logré localizarlo con la mirada, seguramente estaba durmiendo todavía… El sol de la mañana empezaba a apretar y mi garganta se secó, el pecho se me aceleró y un frío conocido se apoderó de mis tripas.
-José Manuel, lo primero que tienes que hacer es tranquilizarte, por favor, si no lo haces por nosotros hazlo por tu hija ¿no querrás asustarla verdad?- tras mis palabras José Manuel pareció serenarse, y Carlos pudo dejar de sujetarlo.
-Lo que tenemos que hacer ahora es pensar, Dr. Micó deme la mano- ayudé a levantarse al doctor y este trató de recuperar la compostura, después convencí a José Manuel para que me dejara entrar en la furgoneta para ver a David.
Entramos en la parte trasera el doctor y yo, y José Manuel accedió a esperar fuera junto a la puerta. David parecía estar en otro mundo, dudo mucho que hubiera escuchado la discusión, el Doctor Micó recogió las tablas que habían servido para entablillar el brazo de David, efectivamente pude ver, que lo que habían estado tapando no era ninguna fractura abierta como nos dijo el médico, sino una mordedura que había comenzado a adquirir un aspecto muy desagradable.
-Vanesa percibió su hedor- dijo el doctor sin levantar la vista del suelo de la furgoneta.
-David…. ¿Puedes oírme? – le pregunté.
“En este capítulo combinaré lo que es la narración con la inclusión de diálogos para dotar a la historia de más de un punto de vista”
Anoche fue una guardia sin sobresalto, la verdad es que Carlos y yo tenemos bastantes temas de que hablar… y si no tratamos de comentar cualquier nimiedad con tal desconectar nuestras mentes del entorno.
Esta noche hablábamos de cómo era ir al cine a ver una peli, comprar un paquete grande de palomitas y disfrutar de la proyección, pasando un par de horas desconectando del mundo exterior, deseando por un momento poder vivir aventuras como las que se nos mostraban en aquellas pantallas gigante, como queríamos romper nuestra monotonía convirtiéndonos en un espía internacional o viajando a un mundo irreal en lo que aquello que nos rodeaba iba cambiando y nos deparaba sorpresas tras sorpresas, nos reíamos hablando de cómo en más de una ocasión habríamos dado todo por encontrarnos en una situación como las que vivía el James Bond de turno… yo la verdad es que obvié comentar mi colección de cine zombie y que podía fantasear como sería el mundo en aquellas situaciones… no quería que pensara que era un bicho raro.
Cuando nuestro turno finalizó fuimos relevados por José Manuel y Hassan, y yo caí rendido en el asiento trasero del todoterreno, aunque no pude dormir más de una hora, la verdad es que he sido siempre un insomne, y debo reconocer que en estos momentos lejos de ser un problema me es bastante útil, porque como aprendí en el pasado nunca se está lo suficientemente alerta.
Algo sucede en la furgoneta, José Manuel se muestra algo alterado y Carlos y la señora María están intentando calmarlo….
-¡¡¡No me digáis que me calme!!!- gritaba José Manuel cuando yo salía del todoterreno, junto a él Carlos trataba de sujetarle el brazo y la señora María se llevaba a Vanesa lejos de la zona
-¿Por qué está enfadado mi padre?- preguntó la niña mientras me cruzaba con ellas
-Por nada cariño, por nada, ven que vas a ayudarme a preparar el desayuno- le contestó mientras le pasaba la mano por encima del hombro.
Cuando llegué a la puerta del copiloto de la furgoneta pude ver a través de la ventanilla el rostro de David, estaba pálido y muy ojeroso, con la frente empapada de sudor y la mirada perdida en el techo, pregunté lo que pasaba, aunque tras ver esa expresión en los ojos de David sabía perfectamente cuál iba a ser la respuesta.
-¡¿Qué coño te crees qué pasa?! Resulta que no tiene ningún brazo roto, ¡¡¡le mordieron!!! ¡¡Joder!!
Me quedé paralizado durante uno segundos
-¡¡¡Esta infectado joder!!! y este medicucho lo sabía y lo ha estado encubriendo- dijo mientras señalaba al Dr. Micó que estaba en el suelo en la parte trasera de la furgoneta, con el labio partido, sin duda por algún puñetazo de José Manuel.
-¡¡¡¡Hostia puta está infectado y no sólo no nos ha aviado sino que ha permitido que
las niñas duerman en el mismo vehículo!!!
-Tranquilo J.M – le pedía Carlos que aún trataba de sujetarlo
-José Manuel, entiendo lo que sientes, pero tenemos que mantener la calma – le dije
-¿La calma? Tú sabes perfectamente lo que tenemos que hacer – contestó José Manuel que parecía que empezaba a reducir su ímpetu y e relajaba dentro de lo posible
Tras sus palabras cerré los ojos deseando que lo que estaba sucediendo fuera un mal sueño… no quería volver a pasar por esto… no tan pronto.
Me giré y vi como ya Vanesa había entrado en el primer todoterreno junto a la señora María, Sergio y Cristina estaban junto a él, Sergio miraba desde la lejanía mientras que su hermana tenía los ojos fijos en el pavimento, Lucía estaba sentada sobre el quitamiedos de la carretera, sus ojos no me transmitían ninguna emoción, Hassan estaba sobre el techo del segundo todoterreno, lugar que no había abandonado desde que me relevó la noche anterior, a Jesús no logré localizarlo con la mirada, seguramente estaba durmiendo todavía… El sol de la mañana empezaba a apretar y mi garganta se secó, el pecho se me aceleró y un frío conocido se apoderó de mis tripas.
-José Manuel, lo primero que tienes que hacer es tranquilizarte, por favor, si no lo haces por nosotros hazlo por tu hija ¿no querrás asustarla verdad?- tras mis palabras José Manuel pareció serenarse, y Carlos pudo dejar de sujetarlo.
-Lo que tenemos que hacer ahora es pensar, Dr. Micó deme la mano- ayudé a levantarse al doctor y este trató de recuperar la compostura, después convencí a José Manuel para que me dejara entrar en la furgoneta para ver a David.
Entramos en la parte trasera el doctor y yo, y José Manuel accedió a esperar fuera junto a la puerta. David parecía estar en otro mundo, dudo mucho que hubiera escuchado la discusión, el Doctor Micó recogió las tablas que habían servido para entablillar el brazo de David, efectivamente pude ver, que lo que habían estado tapando no era ninguna fractura abierta como nos dijo el médico, sino una mordedura que había comenzado a adquirir un aspecto muy desagradable.
-Vanesa percibió su hedor- dijo el doctor sin levantar la vista del suelo de la furgoneta.
-David…. ¿Puedes oírme? – le pregunté.
domingo, 1 de enero de 2012
DIARIO MUERTO (III)
DOCE/VIVOS
Nos hemos puesto en marcha esta mañana, llevaremos recorridos aproximadamente unos treinta o cuarenta kilómetros, en uno de los todoterrenos viajan, José Manuel un hombre de unos cuarenta y pico años, de un metro noventa aproximadamente, de pelo oscuro y de complexión fuerte, antes de EL INCIDENTE trabajaba en la construcción y la verdad es que su fuerza física nos ha ayudado en bastantes momentos, con él viaja su hija de siete años Vanesa, es una niña de pelo pelirrojo y unos ojos verdes increíbles y a pesar de todo lo que estamos pasando siempre tiene una sonrisa en la boca. Con ellos viajan Hassan de unos cincuenta años, antes de que todo se fuera a la mierda trabajaba en un locutorio en el centro de la ciudad y Jesús un joven de diecisiete años que estudiaba en la universidad y que suele tocar la guitarra para amenizar los días.
En el otro Todoterreno viajan Lucía una joven de más o menos mi edad, la verdad es que no se lo he preguntado...es una chica algo más bajita que yo de constitución menuda y de pelo negro tez pálida y ojos de un color azul casi transparente, reconozco que la primera vez que la vi me causo una impresión contradictoria, su mirada me dejó bastante descolocado… junto a ella van María una mujer de unos sesenta años de pelo canoso y expresión amable, recuerdo que la encontramos en uno de los ambulatorios que visitamos en búsqueda de material sanitario, ella estaba allí junto a su “marido”… esa fue una de las primeras veces que tuve … digamos un encuentro directo y desagradable con uno de ELLOS, no suelo hablar de aquello con ella, pero creo que en el fondo no me ha perdonado lo que hice, aunque sepa que era lo único que podíamos hacer...
Aparte les acompañan dos hermanos Sergio y Cristina, él tiene veinte años y era un jugador de futbol amateur, la verdad es que chocamos bastante, ella tiene trece años y es una chica de pelo corto y de una actitud muy introvertida, apenas le habré escuchado cuatro o cinco palabras en todo el tiempo que lleva con nosotros.
Yo viajo en la furgoneta junto al Doctor Micó que está pendiente de la evolución de David, ya que le ha vuelto la fiebre y no parece encontrarse muy bien. La verdad es que David ha estado enfermo casi todo el tiempo que lleva con nosotros, nos dijo que era asmático, de hecho la expedición donde se lastimó el brazo fue aquella que realizamos en busca de inhaladores en una pequeña farmacia, desgraciadamente tan sólo encontramos un par de ellos, ahora con la fiebre y los dolores creo que pronto necesitará más medicación, el Doctor Micó es un hombre de rostro afable de unos cincuenta años y de poco pelo, trabajaba en el servicio de urgencia del hospital en el que … bueno digamos descubrimos la cruda realidad de lo que nos estaba pasando, prácticamente ha estado junto a mi desde ese día, al igual que Carlos, que está al volante de la furgoneta, es un chaval de mi edad que se encontraba en urgencias junto a su familia, desgraciadamente, que yo sepa de todas las personas que ese día estaban en aquel hospital, sólo nosotros tres permanecemos con vida… Ahora sería el turno de describirme a mí, simplemente me llamo Jose y digamos de momento que soy un tipo que intenta sobrevivir en una situación bastante complicada…
Ahora debo dejar de escribir, parece que vamos a detener la marcha ya que dentro de poco va anochecer, y no sería muy buena idea continuar en esas condiciones… Creo que haré el primer turno de vigilancia junto a Carlos así los niños podrán descansar en la furgoneta que es algo más cómoda…
Nos hemos puesto en marcha esta mañana, llevaremos recorridos aproximadamente unos treinta o cuarenta kilómetros, en uno de los todoterrenos viajan, José Manuel un hombre de unos cuarenta y pico años, de un metro noventa aproximadamente, de pelo oscuro y de complexión fuerte, antes de EL INCIDENTE trabajaba en la construcción y la verdad es que su fuerza física nos ha ayudado en bastantes momentos, con él viaja su hija de siete años Vanesa, es una niña de pelo pelirrojo y unos ojos verdes increíbles y a pesar de todo lo que estamos pasando siempre tiene una sonrisa en la boca. Con ellos viajan Hassan de unos cincuenta años, antes de que todo se fuera a la mierda trabajaba en un locutorio en el centro de la ciudad y Jesús un joven de diecisiete años que estudiaba en la universidad y que suele tocar la guitarra para amenizar los días.
En el otro Todoterreno viajan Lucía una joven de más o menos mi edad, la verdad es que no se lo he preguntado...es una chica algo más bajita que yo de constitución menuda y de pelo negro tez pálida y ojos de un color azul casi transparente, reconozco que la primera vez que la vi me causo una impresión contradictoria, su mirada me dejó bastante descolocado… junto a ella van María una mujer de unos sesenta años de pelo canoso y expresión amable, recuerdo que la encontramos en uno de los ambulatorios que visitamos en búsqueda de material sanitario, ella estaba allí junto a su “marido”… esa fue una de las primeras veces que tuve … digamos un encuentro directo y desagradable con uno de ELLOS, no suelo hablar de aquello con ella, pero creo que en el fondo no me ha perdonado lo que hice, aunque sepa que era lo único que podíamos hacer...
Aparte les acompañan dos hermanos Sergio y Cristina, él tiene veinte años y era un jugador de futbol amateur, la verdad es que chocamos bastante, ella tiene trece años y es una chica de pelo corto y de una actitud muy introvertida, apenas le habré escuchado cuatro o cinco palabras en todo el tiempo que lleva con nosotros.
Yo viajo en la furgoneta junto al Doctor Micó que está pendiente de la evolución de David, ya que le ha vuelto la fiebre y no parece encontrarse muy bien. La verdad es que David ha estado enfermo casi todo el tiempo que lleva con nosotros, nos dijo que era asmático, de hecho la expedición donde se lastimó el brazo fue aquella que realizamos en busca de inhaladores en una pequeña farmacia, desgraciadamente tan sólo encontramos un par de ellos, ahora con la fiebre y los dolores creo que pronto necesitará más medicación, el Doctor Micó es un hombre de rostro afable de unos cincuenta años y de poco pelo, trabajaba en el servicio de urgencia del hospital en el que … bueno digamos descubrimos la cruda realidad de lo que nos estaba pasando, prácticamente ha estado junto a mi desde ese día, al igual que Carlos, que está al volante de la furgoneta, es un chaval de mi edad que se encontraba en urgencias junto a su familia, desgraciadamente, que yo sepa de todas las personas que ese día estaban en aquel hospital, sólo nosotros tres permanecemos con vida… Ahora sería el turno de describirme a mí, simplemente me llamo Jose y digamos de momento que soy un tipo que intenta sobrevivir en una situación bastante complicada…
Ahora debo dejar de escribir, parece que vamos a detener la marcha ya que dentro de poco va anochecer, y no sería muy buena idea continuar en esas condiciones… Creo que haré el primer turno de vigilancia junto a Carlos así los niños podrán descansar en la furgoneta que es algo más cómoda…
miércoles, 28 de diciembre de 2011
DIARIO MUERTO (II)
DOCE / VIVOS
En los próximos días vamos a emprender la marcha, la verdad es que hace bastante tiempo que no nos desplazamos, y estos últimos días el silencio se ha ido apoderando del grupo, no les culpo, todos hemos estado ahí fuera y sabemos perfectamente que es lo que nos vamos a encontrar, pero no nos queda más remedio, cada vez se nos hace más difícil encontrar comida y el pozo está casi seco, no creo que si nos quedamos aquí aguantaríamos más de una semana o semana y media.
Estos días hemos salido en patrullas a buscar algo de gasolina para los tres vehículos que forman nuestro particular convoy,un par de todoterrenos y una furgoneta en la que hemos colocado unos colchones que encontramos y que sirve para que los más mayores y los más pequeños descansen, y la verdad es que los resultados no podrían haber sido más decepcionantes, apenas hemos podido encontrar unos treinta litros de gasolina que son claramente insuficientes para el viaje que debemos emprender, pero no tenemos tiempo de lamentarnos, seguramente cuando nos pongamos en marcha encontremos algo más…. O eso espero.
Afortunadamente no todo son malas noticias y en estos días David se ha recuperado de la caída que sufrió la última vez que nos cruzamos con uno grupo de ELLOS y que la ha tenido postrado en cama, afortunadamente el señor Micó, quiero decir Esteban, que era médico en los viejos tiempos, logró entablillarle el brazo y así evitar que la fractura fuera a mayores. Lamentablemente me parece que su brazo no volverá a ser el mismo.
No sé como referirme a ELLOS, antes de que todo esto saltara por los aires y el mundo se viniera abajo, yo era un fanático de los libros de ciencia ficción y las pelis de zombies, pero la verdad es que no se si lo que estamos viviendo es aquello que tantas y tantas veces vi en la ficción, así que de momento ELLOS es la manera más correcta que tengo para nombrarlos.
En los próximos días vamos a emprender la marcha, la verdad es que hace bastante tiempo que no nos desplazamos, y estos últimos días el silencio se ha ido apoderando del grupo, no les culpo, todos hemos estado ahí fuera y sabemos perfectamente que es lo que nos vamos a encontrar, pero no nos queda más remedio, cada vez se nos hace más difícil encontrar comida y el pozo está casi seco, no creo que si nos quedamos aquí aguantaríamos más de una semana o semana y media.
Estos días hemos salido en patrullas a buscar algo de gasolina para los tres vehículos que forman nuestro particular convoy,un par de todoterrenos y una furgoneta en la que hemos colocado unos colchones que encontramos y que sirve para que los más mayores y los más pequeños descansen, y la verdad es que los resultados no podrían haber sido más decepcionantes, apenas hemos podido encontrar unos treinta litros de gasolina que son claramente insuficientes para el viaje que debemos emprender, pero no tenemos tiempo de lamentarnos, seguramente cuando nos pongamos en marcha encontremos algo más…. O eso espero.
Afortunadamente no todo son malas noticias y en estos días David se ha recuperado de la caída que sufrió la última vez que nos cruzamos con uno grupo de ELLOS y que la ha tenido postrado en cama, afortunadamente el señor Micó, quiero decir Esteban, que era médico en los viejos tiempos, logró entablillarle el brazo y así evitar que la fractura fuera a mayores. Lamentablemente me parece que su brazo no volverá a ser el mismo.
No sé como referirme a ELLOS, antes de que todo esto saltara por los aires y el mundo se viniera abajo, yo era un fanático de los libros de ciencia ficción y las pelis de zombies, pero la verdad es que no se si lo que estamos viviendo es aquello que tantas y tantas veces vi en la ficción, así que de momento ELLOS es la manera más correcta que tengo para nombrarlos.
martes, 27 de diciembre de 2011
DIARIO MUERTO
DOCE / VIVOS
Estas, son las primeras líneas que escribo en este “diario”, ayer encontré unos folios y unos cuantos lápices y bolígrafos en una gasolinera en la que lamentablemente sólo conseguimos unos pocos litros de gasolina y unos cuantos paquetes de galletas escondidos en el almacén…
¿La fecha? La verdad es que hace mucho tiempo que dejé de saber en qué día vivo, de hecho de no ser por los cambios de temperatura o en lo rápido o lento que anochece no sería capaz de decir si estamos en verano o en invierno, la verdad es que cosas como el tiempo dejaron de tener importancia hace ya mucho.
Ahora no tenemos tiempo de pararnos a pensar en ese tipo de cosas, desde el INCIDENTE todo ha cambiado, las costumbres o los hábitos que la sociedad nos marcaban se fueron al garete a la vez que ella. Han sido momentos terribles los que han pasado, pero estoy convencido de que el futuro puede ser todavía más duro…
Debemos seguir avanzando, hace unos días (puede que semanas) escuchamos una transmisión que hablaba de un refugio en el norte, el viaje será muy duro, pero no nos queda alternativa se nos agotan los víveres y ya no quedan animales en los alrededores para poder cazar para darnos de comer.
No sé porque escribo este diario, supongo que tengo la extraña esperanza de que todo esto pasará y si no es así al menos podré plasmar en algún sitio todo aquello que hemos vivido y nos queda por vivir y si alguien lo encuentra y lee no cometa los errores que nosotros hemos cometido…
Estas, son las primeras líneas que escribo en este “diario”, ayer encontré unos folios y unos cuantos lápices y bolígrafos en una gasolinera en la que lamentablemente sólo conseguimos unos pocos litros de gasolina y unos cuantos paquetes de galletas escondidos en el almacén…
¿La fecha? La verdad es que hace mucho tiempo que dejé de saber en qué día vivo, de hecho de no ser por los cambios de temperatura o en lo rápido o lento que anochece no sería capaz de decir si estamos en verano o en invierno, la verdad es que cosas como el tiempo dejaron de tener importancia hace ya mucho.
Ahora no tenemos tiempo de pararnos a pensar en ese tipo de cosas, desde el INCIDENTE todo ha cambiado, las costumbres o los hábitos que la sociedad nos marcaban se fueron al garete a la vez que ella. Han sido momentos terribles los que han pasado, pero estoy convencido de que el futuro puede ser todavía más duro…
Debemos seguir avanzando, hace unos días (puede que semanas) escuchamos una transmisión que hablaba de un refugio en el norte, el viaje será muy duro, pero no nos queda alternativa se nos agotan los víveres y ya no quedan animales en los alrededores para poder cazar para darnos de comer.
No sé porque escribo este diario, supongo que tengo la extraña esperanza de que todo esto pasará y si no es así al menos podré plasmar en algún sitio todo aquello que hemos vivido y nos queda por vivir y si alguien lo encuentra y lee no cometa los errores que nosotros hemos cometido…
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