DOCE/ ¿VIVOS?
Había vuelto a entrar en la furgoneta…. La verdad es que no sé cuánto tiempo estuve sentado en su interior antes de comenzar a hablar, David iba y venía de su mundo en el que el tiempo se confundía a causa de los efectos de lo que lo estaba devorando por dentro. Y que pronto le incitaría a querer devorarnos a nosotros… no sabía cuánto tiempo le podía quedar así que decidí ser claro con él.
-David… la verdad es que no sé cómo explicarte esto…- traté de comenzar a explicarme.
-Tranquilo Jose, se exactamente lo que me pasa… puede que la fiebre me haga perder contacto con la realidad…. Pero sé que me estoy muriendo… y tú estás aquí para matarme… -dijo en un tono entrecortado.
Me dejó helado, jamás en mi vida imaginé que alguien me diría una frase como esa más propia de una película americana de acción que de mi vida aburrida y repetitiva antes de EL INCIDENTE… cuantas veces deseé que esa vida cambiara y me deparara algo más emocionante…. Ahora daría lo que fuera por estar en mi cuarto, con un buen libro metido en la cama bajo el edredón…. pero sabía que eso no iba a volver a suceder… por lo menos no en un futuro inmediato…
El ambiente en el interior del vehículo se había vuelto denso e irrespirable para mí, estaba ante una persona que agonizaba y que en teoría tendríamos que “sacrificar” por el bien del grupo. Pero lo que tenía claro era que en ningún caso lo haría estando él con vida….
Abrí la puerta de la furgoneta frente a mí pude ver a Hassan y José Manuel, Carlos había retrocedido unos pasos y conversaba con el doctor, yo salí pisando el asfalto que ya comenzaba a alcanzar temperatura, conmigo salió David… el cual pasaba su brazo sano alrededor de mi cuello… todos tenían la mirada fija en nosotros, creo que en ese momento deseaba ser un espectador más y no el centro de sus miradas, avanzamos unos pasos y nos detuvimos, David levanto la cabeza e inhalo una gran bocanada de aire… y sonrió, creo que en ese momento me sentí más desconcertado de lo que había estado en toda mi vida… giró la cabeza, me miró y ….
-Estoy preparado – esas fueron sus palabras.
José Manuel se acercó y me colocó la pistola en el bolsillo, después le estrechó la mano a David… en sus ojos pude percibir un halo de tristeza… cabe decir que jamás había visto a José Manuel expresar mucho sus sentimientos, ni tan siquiera con su hija.
-¿Quieres despedirte? – le pregunté
-….. Bueno… simplemente…- dijo mientras dirigía su mirada hacia los que todavía eran sus compañeros de viaje- Quiero deciros que no os rindáis…. Por favor… quiero que sigáis adelante y que no bajéis los brazos…. Estoy seguro que algo mejor os espera…. Gracias por todos los buenos ratos que hemos pasad….. cuff cuff - la tos le interrumpió mientras se retorcía junto a mí… era cuestión de pocos minutos ….
Las lágrimas perlaron los ojos de algunos de ellos, en especial los de Cristina y la señora María, otros trataron de contenerlas torciendo el gesto… si soy sincero la única persona que se mantuvo tal y como había estado durante la mañana fue Lucía…
Ayudado por J.M y Hassan llevamos a David a unos veinte metros de donde se encontraba nuestro convoy particular, tras una valla publicitaria que nos invitaba a degustar la comida de un asador a unos 5 kilómetros más adelante…. Lo colocamos apoyado en el suelo y le dejamos respirar un poco…
Ni J.M, ni Hassan ni yo estábamos listos para apretar el gatillo… cuando él se fuera y volviera convertido en uno de ELLOS…. Pero la cuestión no es si estás preparado o no, sino si eres capaz de hacer algo con tal de garantizar la supervivencia…
Finalmente, yo tenía la pistola en el bolsillo, así que lo más fácil era que yo mismo lo hiciera, pasaron unos minutos que a mí me parecieron semanas enteras entre su muerte y digamos… su “regreso”… fue como lo recordaba de los primeros días de •EL INCIDENTE … primero sus articulaciones se movieron como si hubiera recibido una descarga de baja intensidad, después comenzó a mover la cabeza lentamente y abrió los ojos… su color blanco y sus globos oculares enrojecidos me recordaban a todos los que había perdido para luego volver a verlos convertidos en esto… lo que era David había muerto, y su cuerpo ahora trataba de incorporarse para empezar a vagar y alimentarse…
Saqué la pistola del bolsillo, comprobé el seguro y fije mi vista y el cañón en su cabeza, sus ojos se clavaron en mí…. Y abrió la boca con una mueca “familiar” por tantas otras veces vista en el pasado…
-Adiós David… perdónanos… - dije mientas apretaba el gatillo justo cuando empezaba a incorporarse.
La bala le atravesó el cráneo y su cuerpo se desplomó sin vida ante nosotros… mantuve el brazo extendido con la pistola humeante unos segundos, después me giré y se la entregue a Hassan… después miré a J.M… no dijo nada.
Comencé a andar hasta llegar a los vehículos… me senté en la parte trasera de la furgoneta dando la espalda al Doctor y a Carlos… en ese momento rompía a llorar en silencio… al menos descubrí que seguía sintiendo … por lo menos mientras seamos capaces de eso tendrá sentido intentar salvarnos….reemprendimos la marcha dejando atrás no sólo a un amigo… sino otro lazo más perdido con el mundo que conocíamos..
ONCE/VIVOS
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