Algunos de nosotros estamos señalados
y estamos condenados,
somos niños olvidados y cicatrizados,
buscando nuestro lugar ideal donde
poder descansar,
un lugar cerca del sol y que no esté lleno de suciedad.
Queremos poder dejar atrás la oscuridad
que se clava en nuestros ojos y ver
amanecer el día
sin ser más el rostro de lo que no somos
y así poder controlar los
movimientos de nuestras sombras.
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