Tu presencia ausente marca mi ser cómo hierro ardiente, 
sonrisas marchitas y juegos perdidos 
caricias que marcan y besos que enmudecen.
Son recuerdos que se empiezan a perder, 
es una contradicción dentro de otra, 
una espiral que no cesa y que amenaza con desmoronarme.
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario