Hoy no escribo, escupo mi SANGRE sobre la página en blanco, te muestro mi total desprecio, ya no te tengo el menor miedo.
Me río como antaño tu lo hiciste de mi, estoy cansado de apretar los dientes y dejar que te salgas con la tuya.
Mi bilis se puso negra de tanto aguantar, hoy digo basta y te devuelvo lo que sembraste, ahora aquí yo no soy el débil.
Mientras te escupo estas palabras con las manos agarrotadas, sé que he fallado muchas veces, pero esta vez te demostraré que fue la última.
El sudor perla mi frente, el estomago me augura una noche movida, pero no me importa, cada gota de sangre que se plasma en mis palabras me libera de ti.
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