Llueve y eso me gusta, el olor a tierra mojada de las macetas colocadas en el quicio de mi ventana me da las buenas noches, el sonido de las gotas golpeando en el cajón metálico parecen por momentos seguir un compás rítmico, la calle está tranquila y a través de la luz de las farolas puedo ver la fina cortina de agua.
Llueve y eso me gusta, estoy tranquilo y me relajo mientras escribo estas líneas
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